CAMBIO DE PLANES

 Dentro del mito de la super mama está la imposibilidad de caer enferma y si por casualidad algún virus osa en entrar en tu cuerpo no quejarte y seguir haciendo tu vida como si tal cosa. Lo que ocurre es que al final si no escuchas a tu cuerpo éste se hace oir y de que manera. Eso es lo que me ha pasado a mí esta semana concluyendo con este sábado lleno de planes anulados y encierro obligado en casa.
  El lunes comencé con unos estornudos que aumentaron en número el martes, dolor de cabeza y otros sintomas que se traducen en una gripe como una catedral. ¿Qué hice? seguí trabajando, liada con las niñas y  sin parar. Resultado: hoy no podía levantarme de la cama. Así que con un sol radiante y un fin de semana libre, tras dos semanas, tuve que quedarme en casa. Adiós a quedar en La Laguna con amig@s, a llevar a las niñas a las actividades y hola al descanso y a los jugos de naranja.
Moraleja: ha sido un día de reencuadre ya que si bien hemos tenido que quedarnos en casa hemos disfrutado de estar los cuatro juntos y de descansar.  Verbo este último de uso común pero muy poco ejercido al menos en mi caso desde que soy mamá.

Así que acaba este día como si fuera un parentesis en mi ajetreado día a día. Confieso que  rezo por estar mañana mejor pues no en vano me espera, a partir del lunes,  una semana con turno de noche pero ¿quién dijo miedo?