Cada
niño y cada niña es un mundo único y lleno de particularidades al igual que su
contexto familiar. Por ello es difícil ofrecer
consejos desde la generalidad sin conocer en profundidad el caso. No
obstante una serie de orientaciones a tener en cuenta si queremos que un niño/niña concilie el sueño en su cama
serían:
- Lo primero de todo y lo más importante. Nuestros hijos e hijas son esponjas y captan al vuelo todas nuestras emociones. Por tanto el primer paso sería que los padres intentáramos mantener la calma y no agobiarnos con la idea de cambiarles a su propio cuarto. Debemos pensar que es un paso normal en la vida de cada niño y cada niña, les estamos ayudando a ser más autónomos. Es importante tener confianza en nuestros hijos y saber que van a adaptarse bien, a pesar de las posibles resistencias iniciales, a la nueva situación.
- Con seis años nuestro hijo/a ya tiene una edad que le permite entender las explicaciones que le dan sus padres sobre una determinada cuestión. Por ello en vez de imponerle la nueva situación sería adecuado explicarle qué ya es una niño/a mayor y que por ello debe aprender a dormir en su habitación y en su cama. Los padres deben de procurar emprender este cambio con mucho cariño y a la vez con firmeza.
- Este cambio no debe hacerse desde el drama si no desde la confianza en la niña/niño, en que se va haciendo mayor y es el momento de cambiarse a su propia habitación. Si el niño/a expresa miedos o temores es bueno no desvalorizar sus emociones. Decirle: yo te entiendo, de pequeño/a yo también tenía miedo a dormir sola (explicarles una pequeña historia en la que ustedes mismos de pequeños vencieron los miedos a dormir solos). También es bueno insistirle a la niña en que no tiene nada que temer porque papá y mamá (o el progenitor/a tutor/a encargado) está cerca y siempre va a cuidar de ella. Recordarle desde la alegría que este cambio demuestra que ya se está haciendo mayor.
- Un truco es hacer su habitación más atractiva en vista del cambio que se va a producir, no significa redecorarla sino cambiar algunos aspectos y que la niña sea participe de ellos. Se trata de ilusionarla con la nueva etapa que comienza.
- Establecer una rutina a la hora de irse a la cama: que sea siempre a la misma hora, contarle un cuento (en un principio éste puede estar relacionado con los miedos/temores para aprovechar así la lectura y trabajar con ella la ansiedad que le da a la niña el dormir sola), darle un beso de buenas noches y si es necesario decirle que vamos a acompañarla en su cama unos minutos hasta que concilie el sueño. Progresivamente cada vez este tiempo de “acompañamiento” será menor en tanto en cuanto la niña vaya adquiriendo confianza en la nueva situación.
- Utilice recompensas por el hecho de dormir sola o para premiar los progresos hacia esa meta.
- Asegúrese de expresar lo orgulloso que se está de ella y que es un "chico/a mayor".
- El niño/a está adaptándose a una nueva situación. Por ello no está de más que especialmente en un principio tuviéramos una atención especial y fuéramos aún más cariñosos/as con él/ella durante el día. Esto le generará confianza en sí mismo/a y le reafirmará la idea de que cuenta con sus padres en todo momento duerman o no con ella.
- Se puede utilizar un contrato en el que tendrá algún premio por dormir en su habitación, para ello se marcará en un almanaque los días que ha tenido éxito, acordando previamente el premio a final de mes, si se comienza con refuerzos continuos (cada día que duerma sola un refuerzo) pasar poco a poco a refuerzos intermitentes ( ir alargando progresivamente los días entre refuerzo y refuerzo).
